AVANCE Y CORTINA DEL PROGRAMA:

sábado, 13 de abril de 2013

LA PRIMER TRANSMISIÓN RADIAL DEPORTIVA FUE...

El primer locutor fue ...Tito Martínez Delbox.

Un inquieto animador, productor y descubridor de talentos artísticos y creador de grandes éxitos, desarrolló más de medio siglo de actividad radial. A él se le atribuye el primer relato íntegro de un partido de fútbol. Visto el éxito obtenido Martínez Delbox le propuso a don Jaime Yankelevich transmitir también los combates de boxeo. Entre los relatos más pintorescos figura el de la pelea entre Justo Suárez y Víctor Venturi, en la vieja cancha de River Plate, ubicada en la Av. Alvear y Tagle.

 Una radio se había asegurado la exclusividad por 5.000 pesos. Delbox no se resignó a que le ganaran de mano y decidió que, ya que no podía relatar desde a dentro, lo haría desde afuera. En la azotea de un almacén ubicado frente al estadio, desde la cual dominaba el panorama, preparó las líneas.
http://www.fmwilde.com/Audios_Programas/EL%20ULTIMO%20TREN.mp3


 Pero antes de que terminara de ajustar los equipos, los técnicos de la otra radio le apuntaron con poderosos reflectores con la intención de encandilarlo y frustrarle la transmisión clandestina. Delbox resolvió emplear una ingeniosa táctica: dejó una parte de sus colaboradores en la azotea- para despistar a sus competidores- y se trasladó a una casa de cuatro pisos, desde dónde también se dominaba estratégicamente el ring.

La noche era desapacible, fría, con chaparrones intermitentes. A las 21 en punto, los boxeadores estaban listos para subir al cuadrilátero y, en ese mismo momento, los reflectores del costado se encendieron enfocando hacia la terraza del almacén, dónde estaba el señuelo de Martínez Delbox. Mientras tanto, en la terraza del cuarto piso, Tito intentaba relatar el combate bajo la lluvia.

 Martínez Delbox, al no poder ver con claridad lo que sucedía en el ring empezó a inventar una emocionante pelea "presenciada por una multitud enardecida", cuando, en realidad, el match se había suspendido. Cuando se presentó a cobrar los ocho pesos que le correspondían por la inolvidable transmisión, se enteró de que nada de lo narrado había salido al aire.